Estás tan feliz, y de repente, llega el día que nunca querías que llegase. Un día para estar mal, para sólo llorar, que renazca el dolor... y ya estallas, porque ya no puedes más.
Y sí, me siento sola, me siento como una mierda. No me preguntes el por qué, porque sinceramente no sé explicarlo muy bien. Es una sensación difícil de describir, quizás nunca encontrarás las palabras necesarias para ello. Sólo sé que duele. Pero que ya digo que soy fuerte, y me mantendré fuerte por mucho que todo esto intente matarme. Seguiré bien, aunque esté destrozada y sobretodo, seguiré adelante, siempre, con cabeza alta.
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