¿Te acuerdas? aquella tarde pareciamos locos, hambrientos de amor, con necesidad de cariño y algo de ternura y pasión. Me reí tanto que no pude contenerme las ganas de ir al baño, tenías una cara estúpida solo porque yo estaba mal y me querías ver reír.
Me ganaste toooodas las partidas que jugamos en la play y cuando escuchamos música se me rompió mi casco y tú me diste el tuyo el único que te quedaba, solo para verme sonreír.
Me hacías cosquillas sin parar, me dabas besos y besos y besos y más y más besos, no sé como no se te pudieron agotar... ¿y de los abrazos? mejor no hablamos... me abrazabas y me abrazabas y me abrazabas, se notaba que era con toda tu corazón que tu necesitas abrazarme y yo necesitaba que tú me abrazaras...
fueron tantos momentos en solo una tarde.
Cuando llegue a mi casa mi madre me preguntó que qué me había pasado que estaba tan risueña. Yo sólo le contesté:
- Es que he pasado la mejor tarde con la persona a la que amo nos hemos reído, abrazado, besado, lo pasamos genial y lo más importante, es que en toda una tarde, ¡TUVE AL CHICO PERFECTO A MI LADO!
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