Abre el armario. Saca el mejor vestido que tengas. Mírate en el espejo. Pontelo. Colocatelo bien y pinta una sonrisa en tu cara. Ahora coge tus zapatos. Sí, unos de tacón. Acorde con el vestido. Ponte frente al espejo. Colocatelos bien y pinta una sonrisa en tu cara. Si, ya sé, estás con los pelos totalmente alborotados.
Ahora ve al baño. Ponte frente al espejo. Suéltate el pelo. Abre el grifo y moja tu melena en el agua. Al terminar, secalo bien. Coge la espuma del armario. Ponte un poco en la mano y pasatela por el pelo. Peinatelo bien, haz tus rizos y al terminar guarda la espuma. Si quieres, te puedes hacer un recogido. Con ese vestido y esos tacones seguro que te queda genial.
Ahora, llega el maquillaje. Píntate la raya del ojo por la parte de abajo. Luego, ponte un poco de sombra del color del vestido por el párpado. Echate un poco de rímel. Pinta tus labios de brillo o de un color cantoso. Aplica maquillaje a tus mejillas.
Al final, vuelve a tu cuarto. Mírate en el mismo espejo del principio. ¿Reconoces el cambio?. Estás hermosa.
Ahora, sonríe, sal por la puerta y ya estás lista para que el mundo te vea y sonría junto a ti.
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